Vincent Van Gogh; "A noite estrelada"; óleo s/tela, 1889
"Hacía mucho tiempo que la pintura lineal pura me enloquecía cuando descobri a van Gogh, que no pintaba líneas o formas, sino cosas de la naturaleza inerte como agitadas por convulsiones.
E inertes.
Como bajo el terrible embate de esa fuerza de inercia a la que todos se refieren con medias palabras, y que nunca ha sido tan oscura como desde que la totalidad de la tierra y de la vida presente se combinaron para esclarecerla.
Ahora bien, son mazazos, realmente mazazos lo que van Gogh aplica sin cesar a todas las formas de la naturaleza y a los objetos.
Cardados por el punzón de van Gogh,
los paisajes exhiben su carne hostil,
la rabia de sus entrañas reventadas,
que por lo demás, no se sabe, qué fuerza insólita está metamorfoseando.
Una exposición de cuadros de van Gogh siempre és una fecha en la historia,
no en la historia de las cosas pintadas, sino pura y simplesmente en la historia histórica.
Pues no hay hambre, epidemia, erupción volcánica, terremoto, guerra, que doblegue las mónadas del aire, que retuerza el pescuezo a la cara torva de fama fatum, el destino neurótico de las cosas,
como una pintura de van Gogh, - expuesta a la luz del día,
colocada directamente ante la vista,
el oído, el tacto,
el aroma,
en las paredes de una exposición, -
renovada, por fin, lanzada a la actualidad cotidiana, puesta en circulación de nuevo.
En la última exposición de van Gogh, en el Palais de l'Orangerie, no figuran todas las telas de gran tamaño del desventurado pintor. Pero, entre las que están, hay bastantes desfiles giratorios constelados de penachos de plantas de carmín, caminos desiertos coronados por un tejo, soles violáceos que giran sobre garbas de trigo de oro puro, Papá Tranquilo y retratos de van Gogh por van Gogh,
para recordar de qué sórdida simplicidad de objetos, personas, materiales, elementos,
van Gogh extrajo esas calidades de sones de órgano, esos fuegos artificiales, esas epifanías atmosféricas, en fin, esa 'Gran Obra' de una sempiterna e intempestiva transmutación."
Antonin Artaud [1896-1948]
Extraído de: ARTAUD, Antonin. Van Gogh: el suicidado de la sociedad y Para acabar de una vez con el juicio de Dios. Madrid: Editorial Fundamentos, 1977. [Tradução do original francês, escrito em 1947: Ramón Font]
[Uma tradução para o português pelo poeta Ferreira Gullar, mais resumida que a espanhola, foi publicada pela editora carioca José Olympio em 2003 com o título "Van Gogh o suicida da sociedade"]
A transcrição reproduz fielmente o estilo, em prosa poética, do texto de Antonin Artaud.
4 comentários:
Estou literalmente encantada.
Vim retribuir a visita
e ja me valeu muito a
pena quwe tenha me notado la no meu blog.
Vou passear por aqui e volto pra de fato
comentar...
Bjins entre sonhos e delírios
Grato, Cathia!
Visitemo-nos, então - está criada a ponte...
Abraços, bons caminhos...
dois gênios que levados aos extremos do sentimento!
muito bom.
abraços, amigo.
correção:
dois gênios que FORAM levados aos extremos do sentimento!
:)
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